Exquisito llanto, de las estrellas sin nombre, crudas, podridas, brillantes
Se escucha la lejanía de unas manos mudas que bailan pesadamente
Voces de colores agudos, que manchan mis ojos, empapados de cometas
Vuelan, se deslizan vertiginosos por una carretera no terrenal, llena de baba y fluidos del más alla.
Todo crece y se retuerce, y criaturas brillantes siembran mis húmedos cometas.
Amigables cubos multicolores danzan alegres, fertilizándolo todo, con su pura salvia.
Y ahí me interrumpieron, me asusté, y a mi gata se le ocurrió hacer nido en mi ropero.
Podría decirse que ahora 4 gatos viven entre mi ropa. Qué lujo, qué exéntrico, que lo parió.
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